Dar el primer paso puede parecer difícil pero todo momento bonito que recuerdes vino precedido de uno.
 
Cada gesto a favor del planeta cuenta, cada vez que usas la bici en lugar del coche, cada vez que no compras fruta envuelta en plástico, cada vez que dices no a la pajita, cada vez que no tiras una colilla al suelo, una toallita al wc, una lata al monte o un plástico al contenedor del cartón, cada vez, estás generando conciencia en los que te rodean y en ti misma.
 
Muchos creen que no podemos hacer nada, que ya vendrá alguien que lo solucione o ya llegará una nueva tecnología que nos salve, pero están muy equivocados. Todo cambio se inicia desde un mismo y lo podemos extender al mundo cada día, a cada paso y con cada conversación.
 
 
Nosotros somos los que establecemos lo que necesitamos, nuestras necesidades, y debemos ser conscientes de que muchas de ellas son creadas por la publicidad y la sociedad. Compramos lo que nos quieren vender en lugar de lo que necesitamos. Nos crean falsas sensaciones de felicidad al comprar que se desvanecen en cuánto sale un modelo nuevo, más potente o estéticamente distinto.
 
Compra local a productores y fabricantes de tu región, evita los envases monouso y busca la calidad. Un día uno de esos productores contratará a un amigo, ese envase no acabará siendo encontrado por tu nieto en una playa años después y la buena calidad te salvará de un accidente.
 
La verdad es solo una, cuanto más tiempo nos neguemos a aceptarla peores serán las consecuencias.
 
Despierta y ¡ACTÚA!